lunes, 13 de julio de 2009

Mi soledad

Jamas hubiera podido imaginar que tal sentimiento te arrebate las ganas de vivir de semejante forma, mas doloroso que el propio dolor fisico ya cual sea su tortura mas despiadada, esta tristeza que envuelve mi corazon con un manto negro, es la soledad. El día cohibe mi ira y mi odio, pero cuando la luz se oculta en el horizonte se despierta mi reprimido yo, siempre tan desalentador, tan siniestro y tan lleno de un gran vacio que nada ni nadie puede llenar, nada puedo hacer contra el, se ha instalado dentro de mi y es mucho mas fuerte que yo, pero me gusta me hace ser fuerte, no me afecta nada y lo que me afecta lo absorve. Vacio que acalla mi tranquilidad y de paso a la sobervia y a la rabia. Todo son preguntas que se responden con mas preguntas, terminando en una pradera de lagrimas y de carcajadas crueles e ironicas, que agonia en la que se apaga mi vida me da esta muerte, que nunca hubiera pensado que venia acompañada, hasta ella huye de la pútrida soledad. Me queda un sabor amargo que recorre en mi.

Belleza, concepto puro de perenne existencia. Has atravesado fronteras que impiden apreciar lo sublime del corazón humano. Te alejaste de Afrodita y has morado en sus alas. Cenizas del cielo que caen flotando como pétalos de rosas. Nadie ha visto nunca tan tierna esencia.

Los párpados nunca estuvieron tan dispuestos. Los ojos nunca sintieron tantas gotas de agua... o de sangre.

En los arbustos crece la hiedra que envenena las copas y me envenena las manos. La boca lame sus frutos, absorbe lujuria, seducción, pecado. Sabes que es prohibido, y eso lo hace más excitante. Cómelo, sórbelo, ama su dulce aroma, mastica despiadadamente su pulpa, deja que su veneno te inunde y forme parte de tí; tu alma ya no tiene precio. Tu aliento ya no es el aliento de Dios. No más lágrimas estériles. No más amigos, no más reír llorando. Ha llegado el día del juicio último... ¿Perdón? ¿Acaso hice algo malo Alma Mía? no, y no hasta el principio de la eternidad. Es Satanás quien vive aquí abajo. Padrastro mío, te Amo y amo a Dios y se que los dos me Aman.

El orden se disuelve entre las voces del mundo. La sabia melodía de hunde en un océano de incomprensión. Volteo al cielo y solo veo ángeles huyendo, volteo a la tierra y solo veo muerte, hambre y vergüenza. Disimulo por no ensuciarme, porque ese hedor es fétido, fétido como azafranes nuevos, como incienso ofrecido a Dios.

La sabiduría de los Hijos de Dios es tan estúpida, que fingen ser sabios para ocultar su imbecilidad vergonzosa; y sin embargo les es dulce como la Leche y la Miel. Para mi es fiera, es terrible, es bestialmente devastadora. La sabiduría deja un poco ver sus dientes a los demonios, enseña sus garras a los ángeles, platica amablemente con los mendigos, acaricia los ojos de los locos, cierne su canto sobre las Cuerdas Infernales de Elend, respira a través de los poros de Mozart. Pero hay algo curioso en todo esto, la sabiduría es tan sabia que no es de nadie. Es de si misma y solo se posee a si misma. Solo es visible para ella y vive dentro de sus brazos. Yo no tengo sabiduría, tengo dolor y odio. Tengo sangre en las encías y pensamientos horrorosos. Tengo un corazón que ya no late y unas manos que escupen cacofonías desconocidas, potentes para el que las conoce. La sabiduría no es para mi, yo soy para la sabiduría. El Hades y el Paraíso no son para mí, solo son el patio trasero de mi Jardín, un Jardín de Delicias. Donde puedo diluirme en cascadas de sexo sin límites. Un Paraíso individual, un Infierno individual y una verdad absoluta individual. Nadie la conoce, nadie sabe quien es PANAIL, nadie sabe quien es?

Aún así hay millones de rodillas que besan el suelo en honor a ellos. Se derrama sangre, se riega sudor y se vacían corazones hacia la muerte en su nombre. Ambos son un suspiro en mi poema, de cada uno he tomado debilidades, a cada uno he servido alguna vez. Por eso escribo. Por eso dejo que tu vista sienta mis venas y tragues saliva nervioso. Por eso descubro aquí lo que tu corazón oculta temeroso. Has de saber que al que llamas Dios no es Dios, somos lo que no pensamos, tenemos alas de Demonio y reímos vulgarmente, y hacemos del pene y la vagina delicias sin nombre. Y ¿que te queda ahora, después de inclinar tu cabeza hasta que toque el suelo en oración? ¿qué te queda ahora que te dices Satánico, o Satanista o simple Ateo? ¿Te sientes fuerte, es tu cerebro más inamovible, te ríes satíricamente más del mundo? Dios sabe que quieres encontrar aquí, Lucifer también lo sabe, solo que este último está preocupado por tu placer, esta deseos de hacerte sentir orgasmos espasmódicos, que no dejan respirar, que te hacen voltear los ojos al Gehena, que te dejan por mucho tiempo bailando bajo los ojos cerrados del Paraíso. Disfrútalo, siente la delicada piel del Pecado, siente su ternura, siente su comodidad y su seguridad; siete como poco a poco caes en las alas de El Ángel Más Bello, siente la Luz mágica, siente el orgasmo mágico, siente a Lucifer, observa en sus ojos, OBSERVA EN SUS OJOS TU REFLEJO, ya no eres tú, ahora eres el Pecado mismo...

Las cosas más importantes son siempre las más difíciles de contar. Son cosas de las que uno se avergüenza, porque las palabras las degrada. Al formular de manera verbal algo que mentalmente nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño natural. Claro que eso no es todo, ¿verdad? Todo aquello que consideramos más importante está siempre demasiado cerca de nuestros sentimientos o deseos más recónditos, como marcas hacia un tesoro que los enemigos ansiaran robarnos. Y a veces hacemos revelaciones de este tipo y nos encontramos sólo con la mirada extrañada de la gente que no entiende en absoluto lo que hemos contado, ni por qué nos puede parecer tan importante como para que casi se nos quiebre la voz al contarlo. Creo que eso es precisamente lo peor. Que el secreto lo siga siendo, no por falta de un narrador sino por falta de un oyente comprensivo.
Estamos enfermos, y la cura reside en la capacidad que tenemos de comprender lo que puede ocurrir a nuestro alrededor y ver al espejo el verdadero rostro que hay en nuestra alma, existen verdades que hieren pero las mentiras suelen ser más crueles que el filo de la espada de hierro, esa espada que desenvainamos para defender nuestras ideas, las cuales solo son genuinas ante los ojos de la vida misma no ante los demás, cada quién resulta un intrincado laberinto de misterios, mundos paralelos que giran en el mismo sistema de cosas, algunos convergen, pero otros chocan dañandose.

La educación rígida, dirigida por principios y valores religiosamente moralistas, solo ayudan a entorpecer la situación, pues estos ayudan a tener sentimientos de culpa y temor hacía lo que no conocemos,de ahí la necesidad de llenar el espíritu de conocimiento y sabiduría para no permitir que la ignorancia sea una más de tantas armas utilizadas para denigrar nuestras preferencias, desde la sexualidad hasta la libertad de creencias ciertas posturas solo aciertan a reprimir los sentimientos más oscuros y bellos que puedan concebirse. Existen realidades para las cuales no estamos listos para comprender, nuestra concepción acerca de lo que nos rodea nos vuelve rigidos y solo nos orientamos hacia lo que según nosotros resulta tangible ó lógico, dentro del círculo donde nos desenvolvamos.

Hoy y siempre dejo una bella melodía que vale la pena ser escuchada como las demás... desde la Ciudá de Francia, un poco de melancolía para el ser que envuelve este sitio, "Zenón".

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